
El hall del hotel se ha convertido en una sucesión de estudios de radio, donde los locutores comerciales gritan sus avisos como si de vendedores ambulantes se tratara y los periodistas entrevistan a los jugadores, que cuando no están en eso conversan y ríen con sus familiares. Las camisetas amarillas identifican claramente la nacionalidad de sus dueños, pero más todavía los rulos inconfundibles del Pibe Valderrama, atracción ineludible, que se...